4/09/2012

Cuarentena



Daniel: Papá, papáááááááá...
Yo: Aquí estoy, te escucho, cuéntame
D: ¿Los dinosaurios existen?
N: No, hijo, ya no
D: ¿Ni en la imaginación?
Y: Bueno, digamos que ahí sí, en nuestra imaginación sí, los dinosaurios y mil cosas más
D: ¿Ves que sí existen?
Y: De acuerdo, sí, existen entonces, en la imaginacón continúan vivos
D: Papá...
Y: Dime, mi amor
D: ¿Los duendes existen?
Y: La verdad es que no sé, en la imaginación, quizás, como los dinosaurios, no lo sé exactamente
D: Ahhhh, nunca sabes naaaaaaaaada
Y: ¿Te parece?, muy bien, muy bien, muy bien
D: Sí, papi, me parece. ¿Sabes?, te pusieron un cerebro descompuesto
Y: ¿Sí? ¿Eso me pusieron?
D: Sí... Mmmmm,mmmmmmmm, ¿tienes el cerebro apagado por reparaciones?
Y: Jajaja, a lo mejor, a lo mejor...
D: ¿Tienes una cinta amarilla alrededor de tu cerebro que no deja salir las ideas?
Y: Daniel... ¿Eso es lo que crees?
D: Sí, sí, sí, eso es lo que creo.

4 comentarios:

Unknown dijo...

jijjiiiijjii, con él de por medio siempre habrá espacio para el asombro.

Beso.

Bohemia&Té dijo...

Eso sí estuvo bueno!!! Te das cuenta que no sabes nada Róger? jajajaja, menos mal que no te hace las preguntas de las mil veces: cuánto falta para mi cumpleaños, cuándo es mañana, cómo es eso que hoy era mañana ayer y por supuesto, los infinitos "por qué papi...". Sólo sonsiras y paciencia es lo que dejan los hijos en el alma.

roger vilain dijo...

Un mundo para el asombro, absolutamente Halcón, absolutamente.
Girasol, no hace las preguntas de las mil veces? Ja, a cada instante y condimentadas con otras nuevas.
Abrazos y gracias por escribir.

roger vilain dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.